Geopolítica de Brasil - Geopolítica do Brasil

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37. GEOPOLÍTICA DE BRASIL

BRASIL, en su condición de NACIÓN MÁS GRANDE del Mundo Ibérico por territorio, demografía y economía, es capaz de proyectar su INFLUENCIA y asumir una serie de RESPONSABILIDADES mediante la construcción de una GEOPOLÍTICA NATIVA que contemple su inserción y liderazgo en el mismo.

En la cartografía se presentan diversas TENDENCIAS GEOPOLÍTICAS DEL BRASIL cuya CONVERGENCIA permitiría el levantamiento de geometrías sólidas de proyección. Estas tendencias se estructuran en tres ESCALONES de participación y liderazgo: regional, civilizacional y global.

1. El ESCALÓN REGIONAL se desarrolla con la participación de Brasil en las dos regiones en las que se inserta, una de ellas, continental o terrestre, y la otra, océanica: la América del Sur, a través del SURAMERICANISMO, y el Atlántico Sur, a través del SURATLANTISMO. 

BRASIL, aquí sombreado en negro, es responsable la PLATAFORMA SUDAMERICANA, una de las geometrías continentales de poder del Mundo Ibérico.

El SURAMERICANISMO se representa mostrando la extensión del MERCOSUR, o “Mercado Común del Sur”, cuyos miembros se sombrean en gris oscuro: Brasil, Argentina, Uruguay, Paraguay y Venezuela (Estado suspendido); pero también es el fundamento de iniciativas como UNASUR o PROSUR. 

El SURATLANTISMO se concreta en la iniciativa ZOPACAS, o “Zona de Paz y Cooperación del Atlántico Sur”, en rayado, que tiene el objetivo de reducir la proliferación de armas nucleares y limitar o eliminar la presencia militar de otros países del mundo en la región; 

está formada por Angola, Argentina, Benín, Brasil, Cabo Verde, Camerún, Congo, República Democrática del Congo, Costa de Marfil, Gabón, Gambia, Ghana, Guinea, Guinea-Bisáu, Guinea Ecuatorial, Liberia, Namibia, Nigeria, Santo Tomé y Príncipe, Senegal, Sierra Leona, Sudáfrica, Togo y Uruguay.

También se señala la presencia de países extrarregionales como el Reino Unido y Noruega en los territorios suratlánticos de Santa Elena, Tristán de Acuña, Ascensión y Bouvet.

2. En el ESCALÓN CIVILIZACIONAL, Brasil es capaz de liderar el espacio de habla portuguesa, en el que representa el 80% de la población, a través del PANLUSITANISMO; además, puede proyectarse por el espacio gemelo hispánico, su extensión inmediata, a través del PANIBERISMO. 

La inclusión de este segundo escalón, que se despliega en términos de construcción geocultural, articula los otros dos, en los que rigen únicamente criterios de cercanía geográfica o intereses políticos, y mejora la inteligibilidad de su geopolítica. 

El PANLUSITANISMO relaciona Brasil con el resto de la LUSOFONÍA, representada en azul oscuro, que incluye Portugal, los países lusoafricanos y Timor Oriental; todos ellos forman la COMUNIDAD DE PAÍSES DE LENGUA PORTUGUESA.

Mientras, la HISPANOFONÍA, mostrada en azul claro, y que incluye Hispanoamérica, España y también Filipinas, completa el Mundo Ibérico junto a la Lusofonía. Está representado parcialmente en la COMUNIDAD IBEROAMERICANA DE NACIONES, de la que Brasil forma parte.

La coordinación de la esfera lusitana y la hispana es una de las propuestas del PANIBERISMO, que obliga a reconocer que Brasil ocupa aproximadamente el CENTRO DEL MUNDO IBÉRICO, siendo simultáneamente abrazado por la América hispana y por la Euroáfrica lusa; 

para hacerlo evidente, se utilizan líneas de puntos que relacionan la geografía de Brasil con las capitales del resto de países del Mundo Ibérico, tanto en Asia, como en América, Europa y África.

3. En el ESCALÓN GLOBAL, Brasil realiza una lectura y promueve geometrías políticas que limitan las capacidades proyectivas de los poderes del Norte, a través del MERIDIONALISMO, y especialmente del núcleo director anglooccidental, respondido desde el MULTIPOLARISMO. 

El MERIDIONALISMO, una ideología geopolítica para el Brasil postulada por André Martin y recogida aquí, postula la existencia de un “MUNDO MERIDIONAL” opuesto al MUNDO SEPTENTRIONAL de las naciones ricas e industrializadas. 

Estos mundos se delimitan por la “LÍNEA NORTE SUR”, mostrada en trazo grueso de color gris, que recorre aproximadamente el Mediterráneo, el Cáucaso, el Himalaya, el Mar de la China meridional y el Río Bravo; en esta adaptación, la Península Ibérica se sitúa al sur de la línea. 

La tendencia meridionalista recoge la dirección tradicional geopolítica de la Reconquista y de la Conquista de Ultramar por parte de los reinos ibéricos, que se desarrolló en gran parte hacia el SUR.

Las POTENCIAS MERIDIONALES se sombrean en verde claro; se seleccionan Nigeria, Etiopía, Egipto, Argelia, Turquía, Irán, Pakistán, Tailandia, Vietnam, Indonesia y Australia, al ser todas ellas naciones con una demografía o una economía considerable.

El conjunto de estos países es capaz de establecer redes de apoyo que limiten las injerencias tradicionales y neocoloniales del poder norteño, construyendo un cinturón de poder global que una la América Ibérica, África, el Sur de Asia y el Indopacífico.

Dentro de las potencias meridionales, el Foro Trilateral IBSA o IBAS, o “Fórum de Diálogo Índia-Brasil-África do Sul”, sombreado en verde oscuro, es una de las estructuras de posicionamiento meridionalista más claras.

La participación de un miembro americano, Brasil, de un miembro africano, Sudáfrica, y de un miembro asiático, la India, asegura la tricontinentalidad de la iniciativa y la presencia en dos océanos de tradicional hegemonía lusitana: el Atlántico Sur y el Índico. 

Las líneas de PROYECCIÓN GEOPOLÍTICA BRASILEÑA en el seno de este espacio se muestran en verde; desde el centro político de Brasil, atraviesan las cuencas del Amazonas y el Orinoco hasta el Caribe y Norteamérica; los Andes, hasta el Pacífico y Asia; y el Atlántico, el Índico y el Antártico hasta Europa, África, Asia del Sur y la Antártida.

Frente a las potencias meridionales, se muestran las POTENCIAS DEL NORTE, sombreadas en ocre; son Estados Unidos, China, Rusia, Japón, Alemania, Francia y el Reino Unido, y constituyen el poder tradicional industrial que ha sido hegemónico en los siglos XIX y XX. 

El MULTIPOLARISMO puede exigir la negociación del Brasil con algunas naciones norteñas, como Rusia y China, para la contención del núcleo anglooccidental, el espacio de mayor poder del planeta, integrado por Estados Unidos y sus aliados más cercanos en Europa, Asia y Oceanía. 

La iniciativa de coordinación más conocida desde el multipolarismo no anglooccidentalista es el grupo de los BRICs, o “Brasil-Rusia-India-China”, marcados con círculos de color naranja, a los que se unió Sudáfrica; el conjunto de estos países suma el 40% de la población mundial.

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