Geopolítica de España - Geopolítica da Espanha

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39. GEOPOLÍTICA DE ESPAÑA

ESPAÑA puede considerarse, tras Brasil y México, uno de los PAÍSES MÁS PODEROSOS del Mundo Ibérico; por su economía y demografía, aún es la SEGUNDA POTENCIA de habla hispana. Como los demás, se encuentra ante el reto de desarrollar una GEOPOLÍTICA NATIVA para mejorar su posición.

España es el PUENTE entre tres continentes: Europa, África y América, pero sólo uno de los tres, AMÉRICA, comparte sus rasgos esenciales de identidad, mientras que la participación en los otros dos, EUROPA y ÁFRICA, está regida por criterios geográficos o por intereses políticos.

Esta ASIMETRÍA ESENCIAL es omitida desde gran parte de la geopolítica oficial, lo cual constituye una de las razones de la debilidad de la acción exterior española; además, el ingreso en la UE y en la OTAN ha rebajado en gran medida la autonomía geopolítica de la nación.

En la práctica, España se encuentra hoy en un estado de AISLAMIENTO RELATIVO, limitada por varios ESQUEMAS DE CONTENCIÓN DE PODER como el francomarroquí, el global anglosajón y el europeo-separatista.

La salida de esta situación pasa por reexaminar su posición regional, civilizacional y global: 1. En el ESCALÓN REGIONAL, España ocupa el vértice entre cuatro regiones, dos terrestres: EUROPA y ÁFRICA, y dos marítimas: el MEDITERRÁNEO y el ATLÁNTICO.

ESPAÑA, sombreada en negro, es responsable de la PLATAFORMA EUROPEA, una de las geometrías continentales de poder del Mundo Ibérico, por ser la mayor nación ibérica del continente.

Es posible desarrollar un “EUROPEÍSMO CON CARACTERÍSTICAS ESPAÑOLAS” en lugar de adoptar sin crítica las definiciones elaboradas en otros espacios. Para ello, una opción es potenciar los ejes de la EUROPA PERIFÉRICA, a la que pertenece España, sombreada en gris oscuro:

-el “eje mediterráneo”, PORTUGAL-ITALIA-GRECIA-ESPAÑA (los “PIGS”), constituye el núcleo remanente de los Estados griegos y el Imperio romano;

siglos de unión política entre las diferentes penínsulas (cerca de mil años entre la ibérica y la italiana) han construido una afinidad sustantiva entre sus sociedades que debe reflejarse hoy también en la construcción de una acción geopolítica conjunta;

-el “eje católico”, AUSTRIA-HUNGRÍA-POLONIA-LITUANIA, incluyendo la República Checa y Eslovaquia, del Grupo de Visegrado, y la ALEMANIA CATÓLICA;

estos territorios han construido un espacio de intereses comunes junto a España desde el Imperio de Carlos y la alianza centenaria entre las diferentes ramas de los Habsburgo.

-el “eje iberoatlántico” alcanza a IRLANDA, e incluye también la Gran Bretaña católica y britanorromana, que comparte momentos de la Historia (y la Prehistoria) con las naciones de Iberia;

-el “eje latino”, además de RUMANÍA e ITALIA, contempla la FRANCIA PERIFÉRICA, formada por la Francia católica y las comunidades territoriales de Gascuña y Aquitania, vinculadas al espacio histórico vasco, y Occitania y Provenza, vinculadas al espacio histórico aragonés;

además, el poder parisino podría encontrar una estrategia de mayor racionalidad vinculándose preferentemente al Espacio Global Ibérico, más cercano culturalmente, que al espacio anglosajón.

-el “eje sudeuropeo” alcanza los BALCANES, que, a pesar de su raíz cultural eslava, comparten características con España en torno a la identidad mediterránea; además, existen similitudes en su historia geopolítica, al enfrentarse también a procesos de fragmentación.

El MAGREB es también un espacio de atención prioritaria para España, desde la Hispania Transfretana y la Ceuta visigoda, hasta el levantamiento de presidios, de Canarias a Trípoli, y el establecimiento de protectorados, colonias y provincias en la región en épocas más recientes.

Entre los países de la zona, es posible un acercamiento más directo con ARGELIA, la REPÚBLICA SAHARAUI, MAURITANIA, SENEGAL y LIBIA,

además de estudiar una relación especial con MARRUECOS que articule el ESTRECHO, alejada de las injerencias y la utilización histórica que otras potencias han realizado sobre ambos países;

esta normalización de las relaciones en el Estrecho exige la revisión de la situación de GIBRALTAR, territorio aún en proceso de descolonización.

En ÁFRICA, España, como país bicontinental euroafricano, puede plantearse una participación más activa en organizaciones como la UNIÓN AFRICANA, incluso proponiendo su memebresía; además, puede construir relaciones bilaterales con Estados específicos.

2. En el ESCALÓN CIVILIZACIONAL, y al igual que otras naciones extraamericanas como Filipinas, España se encuentra a la espera de una posible RECONEXIÓN geopolítica con el resto de las naciones del MUNDO IBÉRICO, sombreado en azul claro.

La acción española debe insistir en la existencia del Espacio Global Ibérico y en la elaboración de redes de apoyo y construcción de poder en su seno, mientras negocia ante los poderes del orbe anglosajón y europeo para asegurar su permanencia como sujeto político.

En su posición natural, España asume una situación periférica dentro del Mundo Ibérico, como la del Reino Unido en el bloque anglosajón;

su papel es el de PROA o “cabeza de playa” de Iberoamérica y el Mundo Ibérico hacia Europa, y no debe entenderse a la inversa, como vanguardia del poder europeo hacia Iberoamérica.

3. En el ESCALÓN GLOBAL, España es una potencia media o pequeña frente a gigantes como China, la India o Estados Unidos, así que está obligada a la coordinación con espacios afines para la defensa de sus intereses. 

Aún así, el “poder blando” español, basado en la buena imagen de su cultura y sus gentes, es considerable, y puede conseguir objetivos inalcanzables mediante el “poder duro” político y militar, del que carece en la actualidad.

De cualquier forma, se puede dibujar sobre el globo un ESPACIO DE INTERÉS ESPAÑOL, trazado aquí con línea gruesa de color gris, que incluye amplias regiones de la AMÉRICA IBÉRICA, el ÁFRICA IBÉRICA y el ASIA IBÉRICA, 

e incorpora las COMUNIDADES DE ORIGEN ESPAÑOL dispersas en todos los continentes, marcadas en rojo.

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