21. MARES DEL MUNDO IBÉRICO
El Mundo Ibérico no es una telurocracia, ni una talasocracia, ya que contiene características de ambas en un modelo propio e híbrido. De todas formas, el proyecto panibérico exige la consideración de la DIMENSIÓN MARÍTIMA como algo propio y no ajeno: las fronteras del Mundo Ibérico no acaban en el mar.
Se puede considerar que el Mundo Ibérico, que es pluricontinental, está conectado por dos grandes sistemas marinos: el MAR INTERIOR y el MAR EXTERIOR:
1. El MAR INTERIOR, representado en azul intermedio, está formado por la red de ríos y canales navegables de las extensas cuencas del Plata, el Amazonas y el Orinoco, que ocupan todo el interior suramericano.
El Mar Interior se despliega íntegramente en territorios soberanos de las naciones de raíz ibérica y constituye un inmejorable espacio de oportunidad para las comunicaciones interiores.
Otros dos mares interiores, las cuencas del Misisipí y del Congo, podrían haberse desarrollado bajo vigilancia española y portuguesa, respectivamente, en el caso de que las potencias noreuropeas no hubieran intervenido en Norteamérica y en África.
2. El MAR EXTERIOR, en azul claro, une los territorios del Mundo Ibérico situados en los diferentes continentes. Está formado por las partes adyacentes del OCÉANO PACÍFICO, el OCÉANO ATLÁNTICO, el OCÉANO ANTÁRTICO y el OCÉANO ÍNDICO.
El Mar Exterior es un vestigio del “mare clausum” de los imperios ibéricos, que consideraban los espacios océanicos como áreas de jurisdicción directa y no reconocían el derecho de navegación sobre los mismos a otras potencias.
En nuestra época, la definición de un Mar Exterior ofrece un marco conceptual para trabajar sobre áreas de interés común, como el diseño de redes y puntos de comunicación transoceánica o el aprovechamiento conjunto de los recursos marinos.
3. Se identifican también los PUNTOS DE COMUNICACIÓN existentes entre el Mar Exterior y el Mar Interior, que se marcan en naranja: son los estuarios del Plata, del Amazonas y del Orinoco.
Estos puntos tienen una elevada importancia geoestratégica, ya que son los mejores accesos al interior del continente suramericano. El control de la circulación por estos puntos asegura la vigilancia de las actividades desarrolladas en el Mar Interior.
Además de lo anterior, el Mundo Ibérico encara una serie de mares que se constituyen hoy en día como espacios de comunicación, comercio e intercambio con otras plataformas de poder. Son los MARES DE RELACIÓN, que se representan aquí en azul oscuro.
Estos mares están muy fragmentados políticamente y no exhiben la unidad que mostraban en otras épocas, como la del Mare Nostrum romano o el Caribe español. También forman frontera entre diferentes plataformas religiosas, culturales y lingüísticas. Son los siguientes:
1. El MAR MEDITERRÁNEO, que constituye la frontera del Mundo Ibérico con el Islam, así como con las estribaciones del poder noreuropeo y eslavo-ortodoxo;
2. El MAR CARIBE, o “Mediterráneo Americano”, que constituye la frontera del Mundo Ibérico con el Mundo Anglosajón, debido a la presencia aplastante de Estados Unidos en la zona, así como de potencias como Reino Unido, Francia y los Países Bajos;
3. El MAR DE LA CHINA MERIDIONAL, o “Mediterráneo Asiático”, que constituye la frontera del Mundo Ibérico con China, a través de Filipinas, y también con el Islam, el mundo budista y el angloprotestante, que se manifiestan en diferentes regiones del espacio indopacífico.
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